Juan Eva Martínez - Areguá





"Di oportunidad a varias personas, les enseñé sobre el proceso de fabricación, preparación y pintura; no como taller, más para el sustento familiar. Me cuentan que ahora, tienen grandes alfarerías!"

Don Juan Eva Martínez nació en Areguá el 27 de diciembre de 1924. Su casa-taller está ubicada en el barrio Las Mercedes de Areguá.

Actualmente, con sus 96 años, ya no trabaja ni él, ni su alfarería, pero sigue siendo una gran referencia para todos los alfareros de Areguá.

Sobre sus inicios nos cuenta “aprendí por mí mismo y así fui afianzando con los años y formé mi pequeña alfarería familiar. Con el tiempo fui creciendo y necesitando de otras personas…dando trabajo a otras familias.”

Antes de crear su alfarería trabajó con don Aurelio Maqueda.

Según la artesana Agustina Rejala, que con 13-14 años trabajó con don Juan Eva hasta el año 1978, su esposa “tía China” fue la patrona de la alfarería, la que cobraba, y don Juan Eva él que se encargaba de todo;  dirigía, verificaba si las piezas estaban saliendo bien, si faltaba algo… Su hijo, Francisco era más bien vendedor y la alfarería cerro después de la muerte de su esposa, quien -cree Agustina-, fue una pieza clave para el negocio, una de las tres principales alfarerías de la época… “En aquel entonces” -recordaba Agustina- “toda la mercadería fue a Caacupe. A las 6 de la mañana venían las que la llevaba… Llevaron las piezas en canastos, sobre la cabeza… eran mujeres, madres de familia…”

La materia prima de la alfarería era el agua, el caolín blanco (3x1), el caolín negro, que conseguía anteriormente de Isla Valle “pero ahora proviene de Estanzuela (Kiesse - caolín blanco) y otros lugares como Itaugua”. La terminación “el alisado” de sus piezas las hacía con agua y esponja, antes de la cocción.

La venta de sus productos las hacía en su casa taller.

“Di oportunidad a varias personas. Les enseñé sobre el proceso de fabricación, preparación y pintura; no como taller, más para el sustento familiar. Me cuentan que ahora, tienen grandes alfarerías!”.

Don Juan Eva desea que los jóvenes “puedan seguir y dejar a las generaciones siguientes este hermoso legado”. Agrega “ojala puedan los jóvenes trabajar desde el inicio, con el proceso de elaboración de la arcilla; no solo con el trabajo terminado para que pueda seguir y dejar a las generaciones siguientes este hermoso legado”.

Por otro lado, cree los jóvenes van a elegir “carreras con salida laboral, donde no tengan que realizar esfuerzos físicos”.

El futuro de la alfarería, para don Juan Eva está en “las innovaciones que ahora se le puede aplicar (a la alfarería) y en la tecnología que ayuda bastante”.

Según los cálculos de don Juan Eva un 50 % de las familias en Areguá viven de la alfarería.

Para terminar, nos agradece haberlo tenido en cuenta, aunque ya  hace más de tres años no trabaja por su edad y enfermedad. ¡Nos desea éxitos para todos los emprendimientos! 

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