Keka Zaldívar - San Lorenzo




El viernes 28 de junio de 2013, a las 19hs., en las salas de Exposiciones Temporales quedó habilitada la exposición “Keka Zaldívar, ceramista”.

La exposición es un recorrido por la amplia carrera de la ceramista Keka Zaldívar (Arminda Angélica Rolón de Zaldívar), quien con gran voluntad creativa y técnica, ha desarrollado una cerámica contemporánea paraguaya desde el contacto profundo con la tierra. Las piezas de cerámica estarán montadas sobre un lecho de hojas secas, acompañará a la muestra un registro fotográfico de diferentes momentos de la artista. El montaje de la exposición está a cargo del artista visual Carlo Spatuzza.

La artista visual Marithé Zaldívar explica que su madre con su trabajo “nos enseña a amar la vida, nos hace sentir que somos capaces de ser artífices de un cambio profundo y ser creadores de nuestra propia vida, moldearnos a nosotros mismos como el barro”.


Keka Zaldívar describió parte de sus vivencias en los párrafos: “Era maestra de escuela, estudié canto y teatro y fui integrante de un coro. Luego ya casada, la cerámica me permitió trabajar cerca de mis siete hijos, para acompañarlos. Antes de hacer cerámica formé parte de los fundadores del grupo “Amigos del Arte” en San Lorenzo y más tarde creamos en mi casa una escuela de arte, de música, danza y poesía, donde mis hijos y muchos vecinos estudiaron.

Siempre viví comprometida con el bien en mi país, unida al compromiso político con mi marido Juan Carlos Zaldívar y él unido a mi trabajo en el arte. Siempre me preocupó la situación de la mujer pobre con muchos hijos y ayudé cuanto pude para que apreciaran el gran valor que tienen sus vidas dentro de la sociedad y lo importante que es llegar a conseguir una independencia en el hogar.”

Keka Zaldívar nació en Paraguarí en 1927. Ceramista y docente, su creatividad y técnica permite hablar de una gran contribución a la llamada cerámica paraguaya contemporánea . Dictó conferencias, cursos y seminarios sobre cerámica. Participó de numerosas exposiciones nacionales e internacionales. Recibió varios premios. 

Creó junto a otros la primera Escuela de Arte de San Lorenzo, el Centro de Convergencia Cultural en San Lorenzo y el Aleph Espacio Cultural, Galería de Arte y Diseño en Asunción. Egresada de la Escuela Normal de Profesores, fue directora y maestra de escuela.

La ceramista fue condecorada recientemente por el Congreso de la Nación con el título de “Maestra del Arte”, por su labor creativa en las artes, así como en la incesante tarea de la gestión cultural en beneficio de los demás.



A finales de los años 70, mi querida Keka, vecina y amiga de San Lorenzo, me traía sus vasijas esmaltadas y yo las vendía en Sambucú donde, por culpa de la cancha de fútbol que tenía enfrente, mantenía cerrada la puerta del negocio todo el día para que la pelota no entre y haga estragos en la cerámica en exhibición. Las piezas de Keka que yo vendía no eran muy grandes y eran, en su mayoría, esmaltadas en color o marrón oscuro. Raras veces me entregaba piezas con tonos naturales.

Con la apertura del Museo del Barro (en 1980) y de la Galería Fábrica (en 1981), Keka prácticamente dejó de lado las piezas totalmente terminadas con los esmaltes brillosos de los años 70. De hecho, el esmalte no era su amigo, ya que ella sufría de asma. Poco a poco, las piezas de Keka fueron incrementando su tamaño y cambiando de forma. Empezó a crear verdaderas esculturas en cerámica con formas atrevidas y líneas contemporáneas; algo bastante inédito en el Paraguay de entonces, que más bien tenía un público conservador.

Sus piezas tomaron el color de la tierra con distintas gamas de marrón y óxidos naturales y, por lo general, tenían algo de textura y eran opacos con solo algunos toques de esmalte brillante; las bocas de las mismas eran casi siempre interesantemente deformadas. Las nuevas esculturas (vasijas-botellones) de Keka eran redondas, cuadradas, rectangulares y frecuentemente llevaban una ruptura o desgarre intencional en alguna parte, que daba todavía más fuerza a su obra. A parte de las creaciones ciertamente importantes de Keka, también realizaba objetos utilitarios: portalápices o pedestales para lámparas... o sea, objetos para el día a día.

Estamos en enero del año 2014. Hace relativamente poco tiempo atrás, Keka estaba fantásticamente bien, con la misma sencillez, gran sonrisa y alegría que siempre la caracteriza, pero dicen sus hijas y nietas –Keka tuvo siete hijos–, que después de la muerte de su marido, el senador Juan Carlos Zaldívar, paulatinamente su ánimo comenzó a venirse abajo. Ya hace años que no trabaja más en la cerámica.

El año pasado tuve el inmenso placer de asistir a un gran homenaje en vida a Keka Zaldívar –Arminda Angélica Rolón de Zaldívar– en uno de los edificios más emblemáticos del Paraguay: el Cabildo. El montaje de la muestra fue realizado por Carlo Spatuzza, quien logró una presentación realmente espectacular y digna de las maravillosas creaciones de esta singular y muy admirada creadora del barro, la querida Keka.
Ysanne Gayet
Areguá, 2014

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