“Hay muchos jóvenes que van a continuar con la tradición porque son de la ciudad de la alfarería”
Teresa Vera nació el 3
de octubre de 1959 y Gladys Vera el 2 de agosto de 1962, ambas en Areguá. Viven
y trabajan en su casa, del barrio San Miguel.
Teresa y Gladys nos cuentan que empezaron a trabajar en la alfarería desde muy chicas, con sus padres, en su casa. Ya de grandes, las hermanas Vera, conocieron al matrimonio estadunidense de Tracy y Kyle Roberts en 1988, quienes eran voluntarios del Cuerpo de Paz. Kyle había estudiado alfarería en la universidad en los EE.UU. y les enseño a hacer collares de cerámica a ellas y a otros artesanos de Areguá. Pero las únicas que continuaron con el legado de Kyle fueron Teresa y Gladys.
Con los años consolidaron sus conocimientos técnicos y su creatividad direccionada hacia la representación de animales, aves nativas del Paraguay, flores y frutos. Juntas hacen los collares YVera (en asociación con Ysanne Gayet desde el año 2002) y los móviles de cerámica con una técnica y una terminación exquisita que nadie más tiene en Areguá.
La materia prima que utilizan, es la arcilla, que se hace mezclando el caolín con el barro negro. Los dos elementos los traen de Itauguá.
Para la terminación de sus productos utilizan pinturas, hilos, ramas, maderitas. “Compramos las pinturas en Asunción, las maderitas para los móviles, las mandan cortar y las traen de todos lados”, dice Gladys.
Venden sus productos en el Centro Cultural del Lago, en OverAll y Jopoi en Asunción, así como en su casa también.
Han participado en varias exposiciones: En la feria que organiza el Club de Leones de Areguá (1989), en la primera feria con los collares en el bosque de los artistas de Hermán Guggiari en Asunción, en el Colegio Americano en Asunción (1980 y 90), en la Embajada de EE UU en Asunción (1980 y 90), en el Colegio Panamericano de Asunción (1990), en el Jardín de la Integración en Luque (2000), en la Aeronautica de Luque (2001), en el Shopping del Sol en Asunción (2001) y en el Centro Cultural del Lago en el lanzamiento oficial de la línea de collares de cerámica en conjunto con Ysanne Gayet (2011), “Árboles a la Vera” (2012) y con sus pequeños y coloridos pájaros nativos, para colgar en el arbolito de Navidad, participan de todas las Ferias Navideñas que organiza el CCDL cada fin de año.
Durante años, Gladys y Teresa han trabajado solas en su casa, sin embargo, felizmente, Huguito, su sobrino de 12 años está mostrando interés en la alfarería familiar; ya le han enseñado a manejar el barro: “Desde muy chico le gusta mucho tocar el barro. “Él ya carga los moldes y también hace cosas a mano, cosas chicas” dice su orgullosa tía, Gladys.
Sobre la situación económica Teresa nos dice: “Estoy satisfecha, porque puedo trabajar en mi casa y me da para comer”. Gladys también está conforme “porque vivo de eso y no dependo de nadie, sólo de mi trabajo”. Para mejorar la economía Teresa y Gladys creen que hace falta un buen mercado para vender sus productos y mercados en el exterior.
La mayor dificultad dice Gladys “es el momento cuando no hay venta, porque de eso vivimos y también cuando llueve mucho y las piezas no se secan o cuando no conseguimos las materias primas”.
Sobre el futuro y los jóvenes, Gladys nos dice: “Yo creo que los jóvenes van a seguir trabajando en la alfarería porque la mayoría de las familias de Areguá tienen en sus casas su propio taller y ellos van a continuar con el trabajo”. Teresa agrega que la alfarería es una forma de ganar dinero y eso va a permitir que los jóvenes continúen. Gladys comenta que “hay muchos jóvenes que van a continuar con la tradición porque son de la ciudad de la alfarería; pero también piensa que hay jóvenes que “buscan una profesión sin tanto sacrificio”.
Gladys y Teresa valoran enormemente el hecho de que su trabajo puede realizarse en su propia casa. Dice Teresa: “Así, podemos trabajar sin salir a la calle arriesgándonos”. Agrega Gladys: “La gente valora cada vez más nuestros trabajos porque mejoramos con cada día que pasa”.
Según sus cálculos en su barrio hay unas 15 alfarerías y unas 30 0 35 familias viven de ellas.
Teresa y Gladys nos cuentan que empezaron a trabajar en la alfarería desde muy chicas, con sus padres, en su casa. Ya de grandes, las hermanas Vera, conocieron al matrimonio estadunidense de Tracy y Kyle Roberts en 1988, quienes eran voluntarios del Cuerpo de Paz. Kyle había estudiado alfarería en la universidad en los EE.UU. y les enseño a hacer collares de cerámica a ellas y a otros artesanos de Areguá. Pero las únicas que continuaron con el legado de Kyle fueron Teresa y Gladys.
Con los años consolidaron sus conocimientos técnicos y su creatividad direccionada hacia la representación de animales, aves nativas del Paraguay, flores y frutos. Juntas hacen los collares YVera (en asociación con Ysanne Gayet desde el año 2002) y los móviles de cerámica con una técnica y una terminación exquisita que nadie más tiene en Areguá.
La materia prima que utilizan, es la arcilla, que se hace mezclando el caolín con el barro negro. Los dos elementos los traen de Itauguá.
Para la terminación de sus productos utilizan pinturas, hilos, ramas, maderitas. “Compramos las pinturas en Asunción, las maderitas para los móviles, las mandan cortar y las traen de todos lados”, dice Gladys.
Venden sus productos en el Centro Cultural del Lago, en OverAll y Jopoi en Asunción, así como en su casa también.
Han participado en varias exposiciones: En la feria que organiza el Club de Leones de Areguá (1989), en la primera feria con los collares en el bosque de los artistas de Hermán Guggiari en Asunción, en el Colegio Americano en Asunción (1980 y 90), en la Embajada de EE UU en Asunción (1980 y 90), en el Colegio Panamericano de Asunción (1990), en el Jardín de la Integración en Luque (2000), en la Aeronautica de Luque (2001), en el Shopping del Sol en Asunción (2001) y en el Centro Cultural del Lago en el lanzamiento oficial de la línea de collares de cerámica en conjunto con Ysanne Gayet (2011), “Árboles a la Vera” (2012) y con sus pequeños y coloridos pájaros nativos, para colgar en el arbolito de Navidad, participan de todas las Ferias Navideñas que organiza el CCDL cada fin de año.
Durante años, Gladys y Teresa han trabajado solas en su casa, sin embargo, felizmente, Huguito, su sobrino de 12 años está mostrando interés en la alfarería familiar; ya le han enseñado a manejar el barro: “Desde muy chico le gusta mucho tocar el barro. “Él ya carga los moldes y también hace cosas a mano, cosas chicas” dice su orgullosa tía, Gladys.
Sobre la situación económica Teresa nos dice: “Estoy satisfecha, porque puedo trabajar en mi casa y me da para comer”. Gladys también está conforme “porque vivo de eso y no dependo de nadie, sólo de mi trabajo”. Para mejorar la economía Teresa y Gladys creen que hace falta un buen mercado para vender sus productos y mercados en el exterior.
La mayor dificultad dice Gladys “es el momento cuando no hay venta, porque de eso vivimos y también cuando llueve mucho y las piezas no se secan o cuando no conseguimos las materias primas”.
Sobre el futuro y los jóvenes, Gladys nos dice: “Yo creo que los jóvenes van a seguir trabajando en la alfarería porque la mayoría de las familias de Areguá tienen en sus casas su propio taller y ellos van a continuar con el trabajo”. Teresa agrega que la alfarería es una forma de ganar dinero y eso va a permitir que los jóvenes continúen. Gladys comenta que “hay muchos jóvenes que van a continuar con la tradición porque son de la ciudad de la alfarería; pero también piensa que hay jóvenes que “buscan una profesión sin tanto sacrificio”.
Gladys y Teresa valoran enormemente el hecho de que su trabajo puede realizarse en su propia casa. Dice Teresa: “Así, podemos trabajar sin salir a la calle arriesgándonos”. Agrega Gladys: “La gente valora cada vez más nuestros trabajos porque mejoramos con cada día que pasa”.
Según sus cálculos en su barrio hay unas 15 alfarerías y unas 30 0 35 familias viven de ellas.
![](https://artesanosyartistas.files.wordpress.com/2019/04/dscn5676.jpg)
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