"Ellos no ven un futuro o crecimiento en esto. Van a buscar alguna profesión que genere estabilidad económica. Tampoco hay apoyo de instituciones para que uno pueda progresar"
José
Claudio Paredes Villasboa nació el 30 de octubre de 1961 en Areguá. Su
especialidad es el trabajo con la matriz de yeso (particularmente los murales) y
nos cuenta que aprendió de su abuelo José
Domingo Villasboa y su tío José Luis
Villasboa en los años 80s: “Ellos me enseñaron a trabajar por el barro,
desde ese tiempo empecé a trabajar como moldero”. Trabajó en sus inicios en
la alfarería de su abuelo José Domingo, como moldero jornalero.
Su casa y su negocio: “Cerámica Las Dos Hermanas” en el barrio San Miguel de Areguá, están
juntos, en el mismo lugar. Cuatro miembros de su familia están relacionados con
el oficio: Su esposa, Lucy Falcón es
pintora y vendedora, Claudia Paredes
también pinta y María Paredes es vendedora.
Para elaborar sus productos,
utiliza principalmente el barro (arcilla), matrices de yeso y agua. La materia
prima está proveída por un familiar que también está en el rubro. Para la
terminación de sus productos usan pintura sintética, que consiguen de las
ferreterías de la zona.
Su negocio está ubicado en la
calle principal de la ciudad, dónde se concentra la mayor cantidad de negocios
de cerámica y es ahí, dónde, al aire libre, están exhibidas para la venta sus pequeños
y coloridos murales costumbristas. Expuso uno de sus murales: “Virgen de Caacupe” en la inauguración
del CCDL en el 2010 y en la exposición “El
lago debe vivir” en el año 2013.
Ha enseñado en su local a
estudiantes de varias escuelas y colegios, entre ellos, el Colegio San Sebastián, Colegio
del Sol, Escuela San José, y
otros. Calcula que en total ha enseñando a unas 120 personas.
Con relación a los ingresos, se
sentía satisfecho antes de la pandemia: “Pero,
en estos tiempos no”. Para mejorarse económicamente, cree que se necesita “capital para comprar más materia prima. La
mayor dificultad es la gran oferta de productos y la poca demanda”. Según
José ninguna institución lo apoya.
Sobre el futuro no cree que los
jóvenes sigan trabajando en la alfarería: “Ellos
no ven un futuro o crecimiento en esto. Van a buscar alguna profesión que
genere estabilidad económica”. “Tampoco”, insiste, “hay apoyo de instituciones para que uno pueda progresar”.
Calcula que hay unas 200
alfarerías en su barrio, que 500 familias viven de ellas y que en toda Areguá
unas 2500 familias viven de la alfarería.
Contacto: 0983 457 749
Venta en Areguá: Avenida La Candelaria,
“Cerámica Las Dos Hermanas”, barrio
San Miguel.
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